lunes, 8 de octubre de 2012

El prejuicio surge por conveniencia, para discriminar, descartar o dominar a otras personas o aceptarlas preferentemente, sin tener remordimientos y sin reflexionar si eso es bueno o malo, o si es una opinión objetiva o subjetiva. Comúnmente es una actitud hostil o, menos frecuentemente, favorable hacia una persona que pertenece a determinado grupo (social, étnico, sexual, político, socioeconómico, religioso) simplemente por el hecho de pertenecer (voluntaria o involuntariamente, consciente o inconscientemente) a ese grupo, en la presunción de que posee las cualidades negativas o positivas atribuidas por muchas personas al mismo. La opinión se produce primero respecto del grupo prejuiciado y después incorpora al individuo.

Uno de los factores determinantes del prejuicio es la necesidad de autojustificación. Hemos demostrado que si le hemos hecho algo cruel a una persona o a un grupo, menospreciamos a esa persona o grupo para justificar nuestra crueldad. Además este acto de autojustificación sirve para intensificar ulteriores actos de brutalidad.
Naturalmente, hay otras necesidades humanas además de la autojustificación. Existe la necesidad de status y de poder. Un individuo que se encuentra en una posición baja dentro de la jerarquía socioeconómica puede necesitar la presencia de un grupo minoritario pisoteado para poder sentirse superior a alguien. Trátese de prejuicios contra negros o judíos, cuando el status social de una persona es bajo o declinante tiende a tener más prejuicios que cuando el status social es elevado o ascendente. Y eso ocurre porque:
1) Necesitan sentirse superiores a alguien.
2) Sienten más agudamente la competencia de empleos con los miembros de grupos minoritarios.
3) Están más frustrados que la mayoría de la gente y son, por tanto, más agresivos.
4) Su falta de educación incrementa la posibilidad de que adopten un criterio estereotipado del mundo.
No hay una causa única para el prejuicio. Analizaremos cuatro causas básicas de prejuicios:
1) Competencia o conflicto económico y político.
2) Agresión desplazada.
3) Necesidades de personalidad.
4) Conformidad con las normas sociales existentes.

Por: Francisco Montecinos.

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