viernes, 28 de septiembre de 2012

Hay que saber discernir.

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Los juicios rigen a lo largo de nuestras vidas, estos pueden ser buenos o malos. La sociedad tiende a pre-juiciar por la apariencia, nivel socioeconómico, etc. la mayoría de las veces pre-juiciamos a alguien, o alguna situación, sin darnos cuenta. Como por ejemplo: si vemos a hombre de mal aspecto ‘’siguiéndonos’’  lo mas seguro es que relacionemos esa imagen con alguna experiencia que nos haya tocado vivir o que conozcamos, como un asalto.
Pero es importante entender que no son reales, que no existen, si no son comprobados, la mayoría de las veces nuestros prejuicios no nos permiten conocer o darles alguna oportunidad a las demás personas.
Recuerdo que un día de clases, llego una niña nueva a mi salón, y las demás compañeras no querían entablar conversación con ella, solo porque era muy extrovertida, con el pasar de los días la vi muy triste, por lo que decidí acercarme a ella, al final conversando y conociéndola me di cuenta que las demás niñas tenían una imagen súper equivocada de la niña nueva, ya que era muy buena alumna y por sobre todo compañera.
Lo que aprendí al final de la clase, es que lo importante no son los prejuicios, si estos son malos, buenos, acertados o erróneos, lo que importa es discernir cuando conviene y es prudente ser prejuiciosos.

POR KAREN FREDES.

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